Un buen lugar para vivir.

Rusia se cuece a 35 grados, Suramerica se hiela a menos 25 grados, China se inunda, mientras en algunos sitios de Africa las mujeres recorren 30 kilometros al día en busca de agua.

El polo norte será navegable en unos pocos años, y los glaciales de Pirineos no los veran nuestros hijos o nietos.

No hablaré del cambio climático, ni de si es un ciclo natural, o es el hombre el responsable, esto lo dejaremos para otro día con intenciones más críticas.

Esta vez de lo que quiero hablar es de lo afortunados que somos por vivir en donde vivimos, y no me refiero a que estamos en el lado rico del planeta, me refiero a que vivimos en uno de los lugares mejor tratados por la naturaleza.

No tenemos mucho frio, tampoco mucho calor, desconocemos fenómenos naturales catastróficos como tifones, huracanes, tsunamis, maremotos, terremotos, y demás maneras que tiene la naturaleza de demostrar su mala leche y su enfado.

Hay muy pocos lugares en el planeta tan bien tratados por la naturaleza como en la zona en la que vivimos.

En Euskadi hablar del tiempo es toda una tradición, como subir al monte, ir a por perretxikos, o hacer apuestas por todo.

Aquí vivimos bien, tranquilos, la naturaleza nos trata bien, nos respeta, no nos mata ni nos hunde en la más profunda miseria como en otros sitios, ¡Cuidémosla!, ¡tratémosla bien!, ella lo hace.

¿Lo seguirá haciendo en un futuro...?

Fotografía: Relax en Pirineos.